sábado, 22 de junio de 2013

LA QUEMADA

La Quemada es una zona arqueológica que algunos autores asocian, sin datos concluyentes hasta el momento con Chicomóztoc,1 2 se localiza en el Municipio de Villanueva, en el estado de Zacatecas, a 56 kilómetros al sur de la ciudad de Zacatecas sobre la Carretera Federal número 54 Zacatecas-Guadalajara. México.
Sobre el nombre de esta zona, no hay referencias claras, aparentemente el nombre “La Quemada, fue como consecuencia de un incendio.

Índice

Historia

Dada la distancia existente entre La Quemada y el centro de Mesoamérica, esta zona arqueológica ha sido objeto de distintas interpretaciones por parte de historiadores y arqueólogos, quienes han intentado correlacionarla con distintas culturas.
Se supone que este lugar pudo ser el legendario Chicomostoc, un sitio Caxcán, un enclave teotihuacano, un centro tarasco, un bastión contra chichimecas intrusos, un emporio tolteca o, simplemente, el producto de un desarrollo independiente y capital de todos los grupos indígenas asentados al norte del río Grande de Santiago.
En 1615, Fray Juan de Torquemada identificó a La Quemada con uno de los lugares visitados por los mexicas durante su migración hacia la cuenca de México, donde dejaron ancianos y niños. Clavijero, en 1780, asoció este lugar con Chicomoztoc, donde los mexicas permanecieron nueve años durante su viaje al Anáhuac. Esta especulación dio paso a la tradición popular que identifica a La Quemada con el lugar mítico llamado “Las Siete Cuevas”. Los trabajos arqueológicos efectuados en esta zona a partir de la década de los ochenta, han permitido precisar que La Quemada se desarrolló entre 300 y 1200 d. C. (periodos Clásicos y Posclásico Temprano) y que fue contemporánea a la Cultura Chalchihuites, caracterizada desde los primeros siglos de nuestra era por una intensa actividad minera. La Quemada, Las Ventanas,3 El Ixtepete, varios asentamientos mayores en Los Altos de Jalisco y el centro norte de Guanajuato formarían una red de intercambio vinculada a Teotihuacan (350-700 d. C.), que se extendía desde el norte de Zacatecas hasta la cuenca de México.
Es posible que los nexos establecidos por los teotihuacanos se dieran con las élites locales de los centros ceremoniales de dicha red o bien por la alianza de varios intermediarios locales o porque pequeños grupos de mercaderes teotihuacanos, residentes en esos centros, eran quienes aseguraban el flujo de los diversos recursos y productos, como minerales, sal, conchas, plumas, obsidiana, peyote, entre otros.
Entre 700 y 1100 d.C., La Quemada ya no participará en esa red, sino que, como lugar dominante del intercambio a nivel regional, comenzó a competir con algunos sitios aledaños. Es durante este tiempo que el sitio adquirió un carácter defensivo, evidencia de ello es la construcción, sobre el flanco norte del lugar, de una muralla de aproximadamente cuatro metros de altura por cuatro metros de ancho, así como la cancelación de dos escalinatas dentro del conjunto monumental con el propósito de restringir la circulación.
Por las huellas de incendio que se han encontrado en varias partes del sitio se infiere un ocaso violento del asentamiento.

La zona arqueológica

Columnas de antiguo edificio de La Quemada.
La Quemada se compone de numerosas plataformas de mampostería de distintas dimensiones que adosadas al cerro, funcionaron como basamentos para las estructuras superiores. Sobre los costados sur y sureste de esa elevación se encuentra una alta concentración de edificaciones de índole ceremonial, varias de las cuales son complejos de plataformas patio-hundido y altar-pirámide, un atributo arquitectónico típicamente mesoamericano.
Sobre el costado poniente se hayan múltiples plataformas o terrazas que al parecer, corresponden a estructuras habitacionales más que a ceremoniales. Todos los elementos arquitectónicos de La Quemada están construidos con lajas de reolita, extraídas de la loma que se observa hacia el noreste de la Pirámide Votiva.
Para unir las lajas se empleó un mortero compuesto de arcilla y fibra vegetal que con el paso del tiempo se erosiona, lo que provoca el deterioro de los muros. Sobre esta mampostería fueron aplicados varios aplanados de barro y un encalado pulido, hoy en día únicamente se observan pequeñas secciones del acabado original.
Los estudios realizados hasta ahora permiten determinar que el conjunto monumental que se conserva fue construido en distintas épocas. Sabemos que en el núcleo de mampostería de la zona arqueológica existen edificaciones anteriores, cubiertas por los rellenos de etapas constructivas posteriores.
Si se considera a la totalidad de los elementos, desde las extensas calzadas y los numerosos sitios menores vinculados por ellas a La Quemada, esta es una zona arqueológica singular en el mosaico de sitios mesoamericanos.

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